Descripción del video
El experimento sobre la obediencia a la autoridad es uno de los estudios más controvertidos que aún seguimos debatiendo en la psicología social. Stanley Milgram quería investigar por qué las personas seguían órdenes incluso cuando esas órdenes parecían ir en contra de su propia moralidad y conciencia.
Para el experimento, Stanley Milgram reclutó a participantes que creían que estaban involucrados en un estudio sobre la memoria. En realidad, el objetivo real del estudio era medir la disposición de los participantes para obedecer las órdenes de un investigador. Este personaje les indicaba que administraran descargas eléctricas a otra persona, quien era en realidad un actor que estaba fingiendo sentir dolor.
Los resultados fueron sorprendentes, ya que la mayoría de los participantes estuvieron dispuestos a seguir administrando descargas eléctricas. Esto incluso después de que el actor simuló gritar de dolor y pedir que se detuviera el experimento. Los resultados sugieren que la mayoría de las personas son capaces de cometer actos moralmente cuestionables cuando se les ordena hacerlo por una figura de autoridad.
El experimento sobre la obediencia a la autoridad (originalmente titulado Behavioral Study of Obedience) fue criticado por muchos debido a sus implicaciones éticas y psicológicas. Sin embargo, sigue siendo un estudio influyente que ha contribuido significativamente a nuestra comprensión de la obediencia y los límites de la moralidad en situaciones de autoridad.
El experimento sobre la obediencia a la autoridad es uno de los estudios más controvertidos que aún seguimos debatiendo en la psicología social. Stanley Milgram quería investigar por qué las personas seguían órdenes incluso cuando esas órdenes parecían ir en contra de su propia moralidad y conciencia.
Para el experimento, Stanley Milgram reclutó a participantes que creían que estaban involucrados en un estudio sobre la memoria. En realidad, el objetivo real del estudio era medir la disposición de los participantes para obedecer las órdenes de un investigador. Este personaje les indicaba que administraran descargas eléctricas a otra persona, quien era en realidad un actor que estaba fingiendo sentir dolor.
Los resultados fueron sorprendentes, ya que la mayoría de los participantes estuvieron dispuestos a seguir administrando descargas eléctricas. Esto incluso después de que el actor simuló gritar de dolor y pedir que se detuviera el experimento. Los resultados sugieren que la mayoría de las personas son capaces de cometer actos moralmente cuestionables cuando se les ordena hacerlo por una figura de autoridad.
El experimento sobre la obediencia a la autoridad (originalmente titulado Behavioral Study of Obedience) fue criticado por muchos debido a sus implicaciones éticas y psicológicas. Sin embargo, sigue siendo un estudio influyente que ha contribuido significativamente a nuestra comprensión de la obediencia y los límites de la moralidad en situaciones de autoridad.
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